domingo, 8 de julio de 2012
La once
Una señora de Valencia me escribe con relación a mi texto "Fogones y rezos", publicado hoy domingo 8 de julio en El Universal. La señora me pregunta si no me suena extraño que la merienda en Chile se llame "la once". Le escribo de vuelta diciéndole que, curiosa como soy, me hice la misma pregunta. Resulta que en tiempos anteriores esa merienda, que es mas abundante que una merienda normal, ocurría como un descanso que tomaban los trabajadores, tanto industriales, como de casa y campo. Ellos querían que esa merienda tuviese un trago. Para no decirlo directamente, inventaron decir "la once" porque esa es la cantidad de letras de la palabra "aguardiente".
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