domingo, 26 de agosto de 2012

Las Niñitas

Como muchos, las niñitas vinieron a Sanfiago acaso con bajas expectativas, pensando quizá que sería una más de tantas ciudades latinoamericanas precarias. No esperaban lo que encontraron. Una ciudad amable, agradable, sin pedanterías innecesarias, pero en la que el modernismo ya llegó sin ofender a nadie. Necesitarían más de la semana que estuvieron para conocerla de veras. Nosotros, con ya varios meses viviendo en ella, la descubrimos cada día. Y nos enamoramos más y más de ella. Fueron a algunos lugares que ojalá se les hayan quedados grabados en la retina. Esa misma tarde paseamos por nuestra calle, con sus tiendas, sus cafés y los santiaguinos que caminan muchas veces con hermosos perros. Cenamos en Osadía, el resto bar del ya prestigioso chef Carlo. Al día siguiente fuimos al centro y nos dejamos caminotear por esas calles donde se escribió y se escribe historia. es alli en esas veredas donde el provincialismo se hizo republicano y luego democrático. Es allí donde Chile se equivocó y refelxionó, para finalmente recuperar la sensatez y enderezar el rumbo. Las llevamos al centro Cultural de La Moneda, el que inauguró Lagos. Su diseño es hermoso. Alli vieron tejidos de Colchagua, cerámicas de Calama, piezas de madera del sur. Una pasada por el Mercado no podía faltar. creo que no imaginaban un espacio que es un verdaero homenaje a la estructura que sirve a los humanos. Allí nos sentamos un rato en una de las barras. Luego tomamos el metro hasta Bella Vista, un barrio que me produce fascinación. Lástima que no nos haya alcanzado el tiempo para que vieran La Chascona, el zoológico, el cerro y las placitas. Sin influirlas con nuestro parecer, ellas solas fueron a El Golf, el Sanhattan y sus bancos intervenidos por artistas plasticos, sus bares de media tarde, sus gentes de caminar apresurado y el once que se toma hacia la nochecita como merecida recompensa por un día de esfuerzo y trabajo. Claro, hubiera sido una barbaridad venir a Chile y no ir a Valpo, a Viña y a Reñaca. Y comer en un chiringuito frente al mar. Que hay que gratificar al paladar con el gustoso sabor de unas machas a la parmesana. Y hubiera sido un imperdonable pecado no ir a Rancagua, zona de viñedos en casonas viejas, y degustar ''lo del campo'' en un comedero de pueblo. Y hacer lo que hacemos nosotros todos los días: escuchar, conversar, mirar, descubrir, conocer, aprender, sin prejuicios. El ultimo día fueron a Las Condes, para dejar pasar el rato y ver más. Era lunes feriado. Pero la ciudad las despidió con una cena en La Mar, cerquita en Alonso de Córdova. Y regresar tarde, caminando, disfrutando de la noche segura, de la acera que no ofende, de la calle que no asusta. Se quedaron muchas cosas y lugares por ver. Tantas calles, tantas plazas, tantos parques. Tantas ciudades, tantos pueblos, tantos paisajes. Nuestro Santiago, esta ciudad que nos envuelve, les gustó a mis amigas de toda la vida. Y yo le agradezco a nuestro Chile que las haya recibido con buen clima, cariñosa amabilidad y mejor ánimo.

jueves, 26 de julio de 2012

Santiago sin ti

Hace una larga angustia, una angustia que es tan y tan larga que no consigo domesticarla. Hace una larga espera, una espera tan y tan larga, que no logro acortarla. Hace una larga ausencia, una ausencia tan y tan larga, que no se como llenarla. Hace un laro silencio, un silencio tan y tan largo, que no se como acallarlo.

lunes, 9 de julio de 2012

La ultima hoja

El cielo de Santiago es hoy azul, azulito. Una "lindura". El contraste con la montaña nevada es un regalo para la vista y el alma. Se nota que hay feriado bancario y que ya comenzaron las dos semanas de vacaciones de invierno. Hay una tranquilidad extraña en la calle. Una calma sabrosa. Claro, en el centro es distinto. Allá están todas las oficinas de gobierno y esas no cierran. Arnaldo le tomo ayer una foto a la ultima hoja de nuestro árbol. Ella parece aferrarse como si quisiera domesticar al invierno, decirle que a ella no la vencerá. Estaremos aquí todavía cuando nuestro arbol se vuelva a vestir, entonces con los trajes de la primavera.

domingo, 8 de julio de 2012

La once

Una señora de Valencia me escribe con relación a mi texto "Fogones y rezos", publicado hoy domingo 8 de julio en El Universal. La señora me pregunta si no me suena extraño que la merienda en Chile se llame "la once". Le escribo de vuelta diciéndole que, curiosa como soy, me hice la misma pregunta. Resulta que en tiempos anteriores esa merienda, que es mas abundante que una merienda normal, ocurría como un descanso que tomaban los trabajadores, tanto industriales, como de casa y campo. Ellos querían que esa merienda tuviese un trago. Para no decirlo directamente, inventaron decir "la once" porque esa es la cantidad de letras de la palabra "aguardiente".

Piruetas de invierno

Cielo azul, pájaros que hacen piruetas. En la punta de un árbol totalmente desnudo, un pajarito descansa. Mira impaciente hacia todas partes. Como si quisiera decirle a su familia emplumada que aquí en esta terraza pueden dormir sus sueños de comediantes de invierno. La tarde hermosa invita a dejarse andar por las esquinas. En un rato saldremos. Hoy hace mucho frío. Pero como no llueve seguro en el parque hay fiesta de perros. La temperatura ha bajado mucho en estos días. Los santiaguinos están sorprendidos, aunque bien recuerdo el dictamen de un taxista: 'tuvo fuerte el verano, 'tara fuerte el invierno, fuerte po. Hoy recibí lindos comentarios de mis lectores sobre mi nota "fogones y rezos". Por fortuna hay gente a la que todavía no se le deshizo la dulzura. Henrique sigue incansable. Leo su bitácora y puedo imaginar cada paso que da. Son tontos quienes creen que va a rendirse. No importa cuantas barricadas le pongan, o cuantas caídas. Se levanta y sigue. www.soledadenchile.blogspot.com

viernes, 6 de julio de 2012

Santiago en invierno

Saco las ropas para el frío. Abrigo, guantes, botas, sombrero. Caminar por aceras habitadas por hombres y mujeres que van con prisa y perros que pasean acompañados por niños o personas mayores que bien se ganapán su derecho al retiro. El cielo va clareando. Hoy es viernes y la gente se prepara para la tranquilidad del fin de semana. Pronostican buen tiempo. Santiago de la Nueva Extremadura, como yo, se vistió de invierno.

martes, 3 de julio de 2012

De nuevo el sol

Meteo Chile pronostica que las lluvias nos darán un respiro. Arnaldo anda resfriado y la humedad no le ha ayudado. Terminado el fin de semana largo, la ciudad recupera su estilo habitual. Ajetreado en algunas zonas; reposado en otras. A nuestro árbol solo le quedan unas diez hojas. Es increíble pensar que en un par de meses estará otra vez tupido. La naturaleza es mágica. Queca y Luisa llegan en unos días. Sensacional recibirlas en casa y enseñarles ese Santiago delicioso que les abrirá las puertas. Queremos ademas llevarlas a conocer unos viñedos y tambien queremos enseñales Valpo. Luego nos iremos una semana a Buenos Aires. Ojalá allá no nos llueva, porque BA es húmeda y con traicioneras corrientes de aire. Consegui adelantar todo mi trabajo editorial de esta semana para poder dedicarme a tener todo presto para cuando lleguen. Los Sucre todavía no han decidido fecha de viaje. Graciela me dijo que en septiembre. Makina cumplió 18 años. Se me puso grande mi niñita.

viernes, 29 de junio de 2012

Simultaneidad

Vivir físicamente en un país pero intelectual y emocionalmente en dos es "harto complicao". Eso me pasa. Con simultaneidad estoy pendiente de lo que ocurre aquí en Chile pero no pierdo pista de lo que sucede en Venezuela. Me fijo en el clima de ambos países. De los asuntos de aquí y de allá. Me niego a prescindir de alguno. No soy turista aquí pero no he emigrado de mi país. Soy habitante de dos naciones. Raro y difícil. Pero posible. Anoche el desvelo me lo produjo la mas reciente imbecilidad del gobierno venezolano. Lo de Globovision no es mas una acción de sátrapas. De gobierno prepotente. De instituciones vendidas a la antidemocrática causa de la ridícula revolución. A las tres de la mañana pude calmarme. Luego de rezar conseguí conciliar el sueño.

lunes, 11 de junio de 2012

Cambio de guión

Vimos por internet lo de ayer en Caracas. No quiero recurrir a adjetivos que ya me suenan a muy usados. Pero o encuentro la palabra adecuada. Creo que lo que sucedió fue luz. Eso, sentir que un país en penumbras encendió luminarias. Esa luz no proviene de Henrique, sino de la gente. Pero Henrique puso en on el switche. Rompió con todos los esquemas. No fue presentado por un político. No hizo un discurso largo. Cambio de guión en un país que ya esta mas que harto de regaños, de gritos, de estúpida palabrería, de cursi patrioterismo, de héroes de pacotilla. Anoche me fui a dormir sobre un colchón de entusiasmo. Y desperté con una sonrisa imborrable.

viernes, 8 de junio de 2012

Lejos po...

Desde estas tierras nerudianas, Venezuela se siente lejos, muy lejos. Yo me escribo casi todos los días con alguien de mi familia. Arnaldo igual, con sus hijos y sus hermanos. Pero eso no evita la nostalgia. Sabía yo que esto nos habría de pasar. Si me ocurrió cuando me fui a París estando muy joven, a esta edad de ahora era inevitable.  Mas no pensé que el guayabo me entraría tan rápido y que este cuerpo necio sería tan frágil. No ayuda que tuvimos tres días de un frente frío que nos sumergió en temperaturas incluso bajo cero. Y de seguro si la calefacción hubiera funcionado bien no me sentiría apesadumbrada. Pero cuando la necesité, falló. Ya llamamos a la inmobiliaria para que vengan a arreglarla. La distancia es un estado de ánimo. El dia exhibe su mejor cara, con cielo azul. Venezuela está lejos. Como dicen los chilenos, lejos po...

viernes, 1 de junio de 2012

Henrique

Confieso que estoy harta de estar harta, lo cual es el hartazgo elevado a la ene potencia. Pero ese hastío, ese cansancio que penetra cada poro, comienza a deshacerse cuando leo cada día la travesía de Henrique por el país buscando convencer a la gente y contagiarla del genuino deseo de progresar, sin ser esclavos de un estado obeso, aplastante e inhumano. Yo conozco mucho a Henrique. Pudo rendirse. Y no lo hizo. Pudo escaparse. Y no lo hizo. Pudo olvidar. Y no lo hizo. Pudo descarriarse, venderse, corromperse. Despegarse, desconectarse, desentenderse. Y no lo hizo. A los hombres no se les mide por lo elevado de sus gritos sino por la honestidad de sus susurros. Y los de Henrique los he escuchado. En momentos buenos y en momentos malos. Cuento los días. Apenas pudo esperar.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Sale el sol

Luego de tres días de lluvia y cielos grises, hoy amanecimos con sol resplandeciente. Volvió Santiago a regalarnos un cielo color celeste, invitación a salir a caminar, a descubrir esos pequeños detalles que se nos quedan en la retina y que hacen fascinante a esta ciudad que tan poca publicidad recibe en el continente. Los pajaritos volvieron a visitar la terraza. Me pregunto dónde habrán estado estos días, dónde habrán ido a refugiar sus plumas. Con la claridad surgen de nuevo las sonrisas de la gente. Con ellas empapelan el aire. Ayer fuimos a la clínica a saldar la cuenta. Si esto fuera Venezuela, hubiéramos incluido una visita al médico, para saludarlo, darle la buena nueva de mi recuperación total y agracerle una vez más sus atenciones. Pero aquí eso no se acostumbra. Y hasta supongo que sería visto como una incomodidad y el alemán no entendería ni jota. Tropicales no son. De ello no cabe duda. Pero no es cierto que sean fríos o distantes. Son simplemente distintos. El pronóstico de meteo Chile es bueno para los próximos días. Temperatura amable y menos humedad. Mi cuerpo lo agradece; mi alma lo aplaude. En julio empiezan mis clases de cocina. Nuestro árbol se desnuda. Pero quedará para su historia que fue el último de la cuadra en alfombrar la acera con sus hojas rojizas.

domingo, 27 de mayo de 2012

Agua

Llueve. Casi sin parar. Pero anoche el frente frío convirtió a varias zonas de Chile en espacios de caos. El viento se convirtió en azote, en látigo. A las once y poco de la noche, se fue la electricidad en muchas comunas. La nuestra entre ellas. Continuaba lloviendo pero había amainado el viento. En la oscuridad escuchábamos sirenas de los servicios de emergencia. El ulular de los camiones de bomberos y de las ambulancias hundió la noche santiaguina en un concierto de lamentos. Se activaron todas las urgencias. En nuestra radio de baterías escuchábamos palabras que invitaban a la población a mantener la calma, a permanecer en sus hogares o a concurrir a los albergues dispuestos para socorrer a los afectados. Imagino que hay muchso con el miedo tatuado en la piel. Meteo Chile augura otro frente frío para mañana. Es decir, esta lluvia extraña seguirá. Confirmo mi sentir sobre la condición de este país de ser una nación en debate permanente con la ferocidad de la naturaleza. Es un país dramático, de extremos. Como el drama de Shakespeare en La Tempestad. www.soledadenchile.blogspot.com

miércoles, 23 de mayo de 2012

Dos meses

Ayer fuimos a uno de los lugares donde voy a tomar clases de cocina. Aquí cerquita, a unas cuatro cuadras en la Alonso de Cordova. El lugar es mágico. Hay ollas de toda clase para realizar sueños de fogones, especies que condecoran el aire con su aroma,  tazas de coleccion que me traen recuerdos de mi Mami. Las dueñas son gente amable y con calidez. Esta tarde voy a pasar por el Odisea, en Nueva Costanera, a ver el cronograma de las clases de Carlo, el chef que tiene un programa en CNN Chile. Cada sábado verlo me confirma que quienes nos sumergimos en las pailas tenemos alguna oportunidad de salvar el alma de una posible y temida sequía de emociones. Y claro, sigo esperando la apertura de Coquinaria. Hoy el día es espléndido. Hay que aprovechar.  Para el fin de semana pronostican nublado. Nuestros arboles van perdiendo las hojas. Le pedí a Arnaldo que me invite un helado en la placita Bicentenaria de la Alonso. En la tarde hay niñitos jugando en los columpios. Y de seguro algún perro me permitirá juguetear con el. Hoy cumplimos dos meses en Chile. Si duda nos ha pasado de todo.

viernes, 18 de mayo de 2012

El alemán

Detesto perder el control de mi vida. Mi vida es mía y solamente yo quiero manejarla, para bien o para mal. Desde hace algunas semanas mi agenda depende de un alemán. Que me parezca una buena persona no hace todo el asunto menos desgastante, desagradable y aburrido. Hoy tengo cita con el señor en cuestión. Este alemán, que me recuerda a Carlos Vicente, aplica aquello de "vive la intriga pero no indagues". Considerando la fecha que es hoy -18 de mayo- no es buen día para malas noticias. Así que espero que el canto del alemán no sea de pájaro de mal agüero. No seria elegante. Al menos el día de hoy el sol salió y el cielo azul pronostica día para caminar. Nadie me va a robar mi derecho a ser feliz en esta ciudad que me encanta. No me da la gana.

miércoles, 16 de mayo de 2012

La dama de las camelias

Algún día alguien conseguirá la manera de arreglar esta maquinaria dañada que es mi cuerpo. Ayer estuve buena parte del día con la tensión en el suelo. En la tarde en Parque Arauco estuve a punto de poner la cómica de desmayarme frente a los incautos visitantes que de seguro no hubieran entendido el episodio. Sentí todos las alertas. Los pitidos, las estrellitas, el sudor frío, el vértigo. No me vi en un espejo, pero de seguro estaba cual hoja de papel de envolver cristal. Una maravilla, pues. En Zara tuve que poneme de cuclillas. El pobre cajero de la tienda sigue aun sin entender ni media palabra del espectáculo de aquella minuscula mujer en el suelo. Ya no puede importarme menos lo que diga la gente. De regreso en casa, siguió el mareo y le pedí a Arnaldo que me midiera la tensión. 9.4/5.2. Es decir, la dama de las camelias. Sin su glamour y su porte, pero con el dramón de novela. Hoy debe estar listo el resultado del examen. Estoy en manos de Dios y del alemán.

lunes, 14 de mayo de 2012

Desnudez

Baja la temperatura. Los arboles pierden sus hojas. Ante el frío, su reacción es la desnudez. Toda una paradoja. La gente se asombra de nuestra decisión de venirnos en esta época. "Van a tener que soportar el invierno..." Les decimos que vinimos precisamente para eso. En esa ciudad llueve muy poco. En ocasiones, puede estar nublado. Pero desde que llegamos ha llovido dos o tres veces, cuanto mucho. Santiago tiene esa tristeza linda del otoño. La gente se arropa. Saben que ha comenzado otra época. Un ciclo. No luchan contra los designios de la naturaleza. Escuchan sus notas. Bailan con su música. A partir de la semana que viene comienza una nueva temporada de este viaje. Con un peso menos encima. Gracias a Dios.

viernes, 4 de mayo de 2012

Alegría y dolor

Una cosa es viajar. Otra muy distinta es mudarse. Cuando uno viaja, sea por placer o por obligación, es un visitante donde va. No se instala, mas bien acampa. En cambio, mudarse requiere una actitud diferente. Se fija en asuntos que nos parasarian desapercibidos si estuviéramos de paso. Nosotros estamos viviendo en Chile. Nos interesamos por los asuntos locales, hacemos el mercado donde lo hacen los vecinos y hablamos del tiempo, como hacen todos quienes habitan en países con cuatro estaciones. El informe meteorológico se convierte en información crucial. Santiago se otoñiza. Cada día, adquiere ropajes de tonos de tierra. Y si uno se fija en un árbol, puede notar el desnudarse de a poquito. Es hermoso, no triste. Mañana cumple años Graciela Cristina. Y Papi cumple años de muerto. Inevitable la alegría, inevitable el dolor. Mañana es el bochinche en casa de Leopoldo, por su cumple. Y el domingo vamos al Parque Forestal a la exposición de la historia de Santiago en fotografías. Dicen que es extraordinaria. Y comeremos en algún chiringuito del centro.

sábado, 28 de abril de 2012

Bajo la lluvia

Dicen que fue el aguacero más fuerte que haya caído sobre Santiago en los últimos cinco años. Los pronosticadores habían anunciado que venía un frente frío. Invitaban a tener la previsión de salir con paraguas.  Arnaldo tenía clases en la Universidad, en el centro. Se había ido temprano, cuando llovía pero no torrencialmente. Se puso sweater y chaquetón impermeable. Y gorra inglesa.  Consiguió un taxi hasta la estación de metro El Golf y desde allí fue hasta el centro.  Me llamó para decirme que había llegado a tiempo.  Se estaba tomando un café.  En la tarde caminé hasta Vitacura pues desde allí suponía fácil conseguir un taxi para ir a hacer mi diligencia. Había tomado la previsión de salí con tiempo. Y vestida para la ocasión, con sweater cuello tortuga, chaqueta impermeable, chal, zapatos adecuados y sombrero. Tres horas más tarde, cuando ya había concluido lo que había ido a hacer, la lluvia se había convertido en tormenta. El taco, como llaman aquí a las trancas de trafico, era monumental. Luego supe que se había inundado parte de la avenida Kennedy (que es como la autopista del este). Huelga decir que ver la Manquehue totalmente trancada me trajo recuerdos de Caracas. Entonces decidí caminar hasta un cruce con Vitacura, con la esperanza de conseguir un taxi. Imposible. Los pocos que pasaban estaban ocupados. Bueno, a intentar el autobús. La lluvia arreciaba. La gente se apilaba bajo el escaso techito de las estaciones. Opté por caminar, creyendo que más adelante el asunto se pondría mejor. Nada que ver. Total, bajo la lluvia incesante caminé como 20 cuadras hasta mi casa. La ropa se portó de maravilla. Y el sombrero evitó que se me empapara el pelo, con lo cual pude sortear la gripe. Arnaldo me dijo que de regreso a casa desde la estación del metro, en la cual tampoco consiguió un taxi, vio algo maravilloso: nieve sobre las puntas de los cerros. Ayer Santiago parecía París en uno de esos días de lluvia en los que hasta las paredes se empapan y las estatuas parecen estar llorando. El fin de semana para muchos será largo. Harán "sandwich". Así llaman aquí a un fin de semana largo por hacer un puente. Ojalá mejore el clima. Quiero salir a ver los montes plateados.

miércoles, 25 de abril de 2012

Con el otoño todos cambiamos

Con la verdadera llegada del otoño, cambió todo en esta ciudad. Cambió la actitud, cambió la ropa, cambió la vitrina de las tiendas. Cambió la temperatura y cambió el animo. Las mujeres sacaron sus chales y sus botas. Los hombres se pusieron sus chaquetones. Todos cambiamos. Trato de comparar este otoño con ese que pase en París hace un montón de años. Igual pero distinto. Allá llueve siempre. Aquí es mas seco y por tanto más amable. Me encanta el otoño. Es como si todo sintiera que debe renovarse. Que los árboles deben desvestirse para en unos meses ponerse nuevos ropajes. Hoy tengo que hacer una diligencia, ineludible. Arnaldo va a otro lado. Tiene que ir a pagar el curso que va a tomar. Nos encontraremos de nuevo en casa cuando cada cual haya terminado lo que tiene que hacer. Mi curso de cocina no sé cuándo comienza. Están aún remodelando el Coquinaria de al lado. Si tarda mucho puedo también considerar el curso en el Odisea, que también queda cerca. Ya decidimos que hay dos viajes que queremos hacer. Isla de Pascua y la zona de Puerto Montt. Se consiguen buenas ofertas. Con boleto aéreo y hospedaje. A Puerto Montt hay que ir antes que llegue el invierno. Se me fue la gripe. Pero me tumbó cuatro días.

jueves, 19 de abril de 2012

Mañana de quietud

El que hemos bautizado como "el autobús de Mila" pasa por nuestra calle con maravillosa frecuencia. Como los días están luminosos, los paseantes prefieren el piso de arriba. En ocasiones me siento en uno de los bancos de la acera de enfrente para saludarlos. Como si quisiera darles la bienvenida a esta hermosa ciudad que nos hospeda y no nos ha hecho sentir meros visitantes. Ya han anunciado visita Luisa Victoria y Queca. También los Vizcarrondo. Y Gustavo y Mary Ann. Ojalá también se dieran una escapada para acá los Sucre, los Pérez, los Valencia, los Marcano y también los Riascos, los Atencio, los Frías, los Gómez, los Melo, los Arnal, así como todo el Morillaje y el Arnalaje. Extrañamos a la familia y sobre todo a los niños. Quisiéramos compartir con todos nuestros seres queridos esta temporada de sosiego y felicidad que nos hemos dado. No somos turistas en esta ciudad. Nos hemos instalado en ella y nuestra casa ya es hogar. Ojalá pudiéramos trasladar a Nico y a Guille. Metódica como soy, cada día ha sido asignado para una labor domestica. Tengo atrasada la plancha de las camisas de Arnaldo. En la tarde iremos a Una exposición de Mafalda que Montaron en Lo Matta. Y quizás nos demos una pasadita por el Museo de la Moda, que queda aquí cerca. Por el momento, disfruto esta mañana de quietud.

martes, 17 de abril de 2012

00:50

Bajo el edredón de plumas, Arnaldo dormía plácidamente. Yo, con el volumen muy bajito, veía televisión. Un episodio de Law & Order. Uno que no había visto. Pensé en un principio que mi marido estaba inquieto y que la cama se movía por su intranquilidad. Me tomó un segundo percatarme que era un temblor. Uno fuerte. Mi mano se convirtió en garra y se la clave en el brazo. "Despiértate, está temblando."

Ahora vivimos en un primer piso, como llaman aquí a la planta baja. Este edificio es pequeño, apenas unos cuatro pisos. Nos dio tiempo para sentirlo, asustarnos, comentarlo, decidir si era prudente saltar de la cama y echar a correr y pensar que en Caracas se asustarían al saber la noticia. Más tarde, dos réplicas.

Esta vez fue menos intenso, 6.7 en la escala de Richter, pero muy largo, con sabor a eternidad, casi dos minutos o casi tres, según leemos en unas u otras páginas. Esta vez, el epicentro estuvo mar adentro, frente a las costas de Valparaíso. El Neptuno del Pacifico se enojó. Esta vez los crujidos de la estructura fueron menos dramáticos.

En la televisión informaban. La corriente eléctrica se interrumpió por varios minutos en algunas comunas de Santiago. Se saturaron las líneas telefónicas pero el sistema de SMS y el Internet sirvieron para que la gente se comunicara. Las sirenas sonaron por al menos media hora. Esta ciudad se puso en modo de emergencia. Eso produce sentimientos encontrados. Serenidad porque se sabe que los sistemas funcionan; angustia pues la sensación de peligro invade todo.

Nuestro expediente sureño ya contabiliza tres temblores. Salfate, ese extraño hombre, suerte de gurú, que recibe datos logarítmicos de un supuesto grupo de científicos brasileros, vuelve a atinar en sus predicciones, con 24 horas de retraso.

Nos preocupa sentir menos miedo cada vez. Cuando a la naturaleza no se la respeta, ella se mofa y más tarde cobra.

domingo, 15 de abril de 2012

Caminar y almorzar

Una de las razones por las que decidimos venirnos a pasar esta temporada en Santiago es porque buscábamos vivir en una ciudad donde todo pudiera hacerse caminando o en transporte publico.

Para conocer la ciudad de los santiaguinos hay que dejarse extraviar. Perderse por las calles sin tener claro a dónde nos conducen los pasos. Montarse en un autobús y temer bajarse en la estación equivocada. Así llegamos a los entresijos de Las Hualtatas. Cada callejuela que termina o atraviesa esa avenida está llena de casas lindas y pequeños parques que convocan a la reunión. Ahí no hubiésemos llegado de no haber sido porque creímos que un mercado de las pulgas al que corría invitación era una suerte de mercado de antigüedades. Resulto ser una venta comunitaria de ropa usada y artículos en descontinuación. Nada había allí para extasiarse. Pero descubrimos una parte de la ciudad que jamás habíamos visto.

Di un paso en falso en una acera y casi puse la cara en el suelo. No fue así, por fortuna, pero me perjudiqué los músculos en el intento por evitar caerme. Este cuerpo traicionero aprovecha cada oportunidad para recordarme que en esta guerra contra la enfermedad, unas veces gano yo y otras ella.

Tomamos el 502 en la zona baja de la rotonda entre Manquehue y Vitacura. Nos bajamos en Mañío para almorzar en Le Fournil. Estaba lleno. Una pareja joven, de esas a quienes les parece siempre corto el tiempo, termino su café. De primeros en la espera, nos apropiamos de una mesa en la esquina. El garzón nos hizo señas. Ya pronto nos atendería.

De vecinos de mesa, tres mujeres y un hombre. Argentinos. de esos que despestigian el gentilicio. El monopolizaba la conversación. Mentía con elegante descaro. Estuve tentada de interrumpirlo. Pero este señorito no habría de estropear este glorioso almuerzo de soleado sábado en Santiago.

El confit de pato que escogió Arnaldo en un corto pero apetitoso menú estaba, a juzgar por su silencio, tan delicioso que bien ameritaba una estrella. Mi steak tartare me hizo recordar París. Nada que envidiar al que sirven en el Café de la Paix, lugar que guardo en mis recuerdos pues allí fue a cenar con Mami cuando fuimos en el 99.

sábado, 14 de abril de 2012

Primera lluvia otoñal

La noche de anoche el cielo santiaguino se vistió de luces. Relámpagos, rayos, truenos. La puesta en escena de un drama sureño. Aquí llueve con una rara pasión. Como si allá arriba se estuvieran peleando los dioses de Los Andes. 

Arnaldo dormía y yo admiraba la tempestad. Ella hablaba. Hasta sentía su furia. ¿Por qué el enojo? No lo sé. No entendí su idioma. 

Creemos en el norte de Suramérica que los de de aquí abajo son poco pasionales. Creemos que somos nosotros, los tropicales caribeños, quienes hemos pintado de color las emociones. Nos creemos más sentimentales. No es así. La naturaleza ha marcado la personalidad sureña. Aquí no hay declaraciones como "si la naturaleza se opone, haremos que nos obedezca". Aquí se la respeta, se hace con ella, no contra ella.

Luego de la tormenta, la ciudad amaneció limpia. El cielo se volvió a pintar de azul.

jueves, 12 de abril de 2012

Jazz y vietnamita

Con los Monterrey y varios amigos de ellos fuimos a Bellavista con intención de ir a un bar donde un grupo de jazz presentaba un ejercicio. Como el periódico marcaba las 9 como hora de presentación,llegamos con puntualidad británica. Pero el jazz es el ejemplo de la ruptura de todo lo establecido. A la hora prevista apenas instalaban instrumentos y hacían pruebas de sonido. Total que optamos por ir a cenar para luego regresar.

El restaurante es uno de esos que uno jamás descubriría sino por consejo de algún local. Una entrada con aspecto de bar de mal muerte, un pasillo conduce a una sala interna. Un espacio magnifico de cielo abierto, donde fueron armando como pequeños rincones. Una barra magnifica atrae a los habitues. Comimos delicioso y el acompañante de toda la cena fue la risa enloquecida y el buen humor. Estuve a punto de hacerme pipí varias veces. ¿Se le puede pedir mas a una noche de amigos? El exito en la vida tiene todo que ver con la apreciacion de los pequeños placeres.

Por supuesto, de vuelta en el bar de jazz, el concierto estaba a punto de terminar.

Caminamos mucho en esta ciudad, que es no solo sabrosa sino hermosa.

El otoño no termina de establecerse. Quizás no se siente bienvenido. Y nosotros queremos que llegue ya.

Tenemos programa para el fin de semana. Mercado de las pulgas en Vitacura y el sábado en la noche una excursión a las afueras de la ciudad para hacer observación de cielos. Ojalá haya alguna estrella fugaz, para pedirle un deseo...

domingo, 8 de abril de 2012

Cambio

Hoy fue el primer día nublado desde que llegamos a Chile. Y la ciudad se envolvió en un halo europeo. Se presiente el arribo del otoño. Todos los colores cambian y la gente ya pone cara de aceptación de una realidad que no hay manera de cambiar. Creo que los únicos felices por el cambio de estación somos nosotros, estos venezolanos enloquecidos que cambiaron el trópico por este sur que ya pronto estará de sobretodo y bufanda. Cambio, todo se trata de cambio. Aquí dicen que el Domingo de Reureccion el verano dice adiós.

Arnaldo tiene gripe. Pobre. Se siente horrendo y estuvo todo el dia en cama. Así que susoendimos nuestros planes de ir a almorzar al parque en un bistrot que esta frente a la laguna. Ya lo haremos otro día. Luego en la tarde salí sola. Fueron cono 10 o 12 cuadras. Caminar me hace tanto bien.

sábado, 7 de abril de 2012

Jessica

El cielo está tan impecablemente azul que parece pintado con esos colores de agua con los que jugábamos en la infancia. La pajarita sigue construyendo nido. Su marido le trae hojitas y ramitas y ella las acomoda. El es un glotón y hace altos para comer de unas frutillas de una mata de la jardinera. Ella lo regaña.

Ayer hubo un atasco en la autopista de salida de Santiago rumbo al sur. Jessica, una avestruz que recientemente enviudó, se escapó de su chacra y se llegó hasta la autopista. Corria por el canal del medio, mientras la gente frenaba para que ella no cayera o fuera atropellada. Unos diez kilómetros más allá de su hogar, una unidad de Carabineros logró detenerla, sin hacerle el más mínimo daño. Su dueño dice que como ella no vio morir a su marido, seguro salió a buscarlo al ver que faltaba a la hora de las comidas. Toda una historia de amor.

Caminaremos de nuevo esta tarde. No sabemos por cuánto tiempo más el clima estará tan delicioso de temperatura y sin agobiar con lluvias. Esta noche vamos a ir al parque a ver qué tal cielo nocturno.

viernes, 6 de abril de 2012

Perros en Bicentenario

Alguien algún día logrará explicarme por qué en este país por el bicentenario le hicieron un hermoso y muy ciudadano parque, mientras en Venezuela la celebración fue una gastadora de plata en desfiles.
El parque Bicentenario está cerquita de casa. Hoy fuimos a caminar allá. Había gente caminando, gente trotando, gente disfrutando, niños con patinetas, adolescentes tomados de la mano descubriendo la maravilla de enamorarse por primera vez. Y perros, muchos perros. Jugué con varios. Y caí postrada por un Westie de muerte lenta y sin apuro llamado Rodolfo.
Extraño mucho a Nico y Guille. Me hacen mucha falta. Ojalá los pudiera tele transportar.
Las personas somos mejores seres humanos cuando nos dejamos domesticar por perros o gatos.
Arnaldo sale cada día con su cámara. Yo escribo y él retrata nuestra aventura.
Mañana voy a averiguar lo de las clases de cocina. Es aquí a un par de cuadras.

Viernes Santo

La tranquilidad de este día es asombrosa. El cielo está perfectamente azul y la temperatura amable. Almorzamos en la mesita. Desde allí se puede sentir el verdor y la paz de un jardín que los arquitectos pusieron sobre el techo del garaje. Allí, una hermosa pajarita se afana en terminar su nido.
Hace poco fue la vendimia pero ya hay entusiasmo por la aparición en la primera semana del invernó de la versión local del Beaujolais Nouveau, cuyo nombre no recuerdo. Al parecer tuvieron un excelente vendimia. Chile produce y vende mucho menos vino que Argentina, pero para los chilenos sus vinos son como su carta de presentación.
Sigo sin poder convencer a Arnaldo para que me mueva unos muebles. Dice que lo hará cuando compremos el apartamento. Si, compraremos lotería para poder comprarlo. No sólo es un excelente negocio, sino que a esta ciudad podríamos venir cada año por unos meses. Porque esta ciudad es magnifica para unos meses de paz, seguridad, arte y un baño de inmersión en el primer mundo. Pero como no pierdo el interés en mover los muebles, lo haré cuando Miguel venga.
Hoy almorzamos ostiones a la parmesana. Estaban ricos.
Siguiendo el consejo de Miguel, cree este blog para ir guardando estas crónicas.

Carlos

Si alguien hubiera apoyado esta decisión de venirnos a Chile, ese hubiera sido Carlos Morillo. Me hubiera dicho que la vida que no se vive a plenitud no puede llamarse vida. Con la maravilla de los aparatos para comunicarse instantáneamente, Carlos hubiera seguido paso a paso cada instante de esta aventura nerudiana.
Anoche vi la tragedia de Chávez convertda en show. Me dio lástima el pobre hombre y rabia también. Concemos las Morillo del dolor intenso porque a alguien adorado se lo lleve el cáncer. Carlos fue diagnosticado en enero y murió en mayo. Fueron meses de sufrimiento para él y de no saber qué hacer con el pesar intenso nosotras. Mis hermanas y yo quedamos con el corazón tatuado desde entonces. Nunca hicimos un show. Veo lo que hace Chávez y lo que hacen su familiares y me parece reprochable, despreciable. Es un irrespeto al paciente, a quienes lo quieren. Están masajeando la tragedia con los fines más indignos. Qué espanto.
Carlos adoraría esta experiencia nuestra en el sur. Carlos, Carlos, Carlos. Era un fantástico ser humano.

jueves, 5 de abril de 2012

Perpendicular

5 de abril, 2012

La calle perpendicular a donde vivimos es todo un descubrimiento. Rica para caminar. Entre los edificios de no mas de cuatro pisos hay casitas y tiendas, restaurantes, pubs, bancos, etc. En uno de los cafés llegan muchos caminando o en bicicleta. Se encuentra la gente que ya ha salido del trabajo. Una que otra pareja de retirados pasean a sus lindos perros.
De a poco, las hojas de los arboles van cambiando de color. Algunos estan marroncitos, algunos amarillentos, otros van tomando un tono rojizo. Es como si el otoño quisiera llegar suavemente, para no alterar a una ciudad de suyo complicada y trabajadora. Como si no quisiera imponerse para no ser despreciado.
Las personas ya comenzaron a sacar sus chaquetas y sweaters. Las sandalias van desapareciendo  de los ajuares de los santiaguinos. Advierten que la próxima semana la temperatura tendrá un repunte. Y la gente se aferra a eso como a una tabla de salvación. Esperanza inútil, porque no importa lo que hagan el otoño llegara, como preludio de un fuerte invierno.
Mañana es feriado. La ciudad, dicen, se vaciara. Pero por lo que vemos esa ausencias Sera compensada por brasileños, a quienes la moneda les conviene.
Nosotros caminamos todas las tardes. Y rogamos porque no llueva, no todavía.

Desde mi escritorio

3 de abril, 2012

La mesita junto al ventanal de la sala es mi escritorio. En esta calle hay poco ruido. Los pajaritos ya descubrieron que les dejo boronas, y entonces me visitan. No hay calor ni frío. Y el cielo esta maravillosamente azul. Mientras escribo, una banda de loritos se despide. Imagino que presienten la pronta llegada del otoño y se aprestan a emprender camino rumbo al norte, donde el clima no les agobiara.
Hoy en la mañana me dedique a limpiar a lo Costa. Me falta trapear los pisos de cocina, baños y terraza, pero no tengo ni palo para el coleto ni un lampaso. Sigo sin conseguir ganchos de ropa. Así que esta tarde, cuando caiga un poco el sol, caminaremos unas 10 cuadras para ir a un súper Líder, donde me dicen encontrare todo lo que necesite.
Hoy hice un arroz chino. Arnaldo me dice que me quedo buenísimo aunque se nos acabo la soya. Tengo que comprar.
Ayer me escribió Leopoldo Monterrey. Muy querido amigo de Alvaro. Vive aquí hace unos tres o cuatro años. Nos invito a almorzar en su casa dentro de tres domingos.
El 20 de abril vamos al Teatro Las Condes a ver una puesta en escena de las mejores canciones de Broadway. Tomamos un autobús a menos de media cuadra de la puerta de casa que nos lleva hasta la estación de metro Los Leones. Allí tomamos el metro y dos estaciones mas tarde nos bajamos en El Golf que esta justo frente al teatro. Léase, uno puede ir bien vestido.
Que delicioso vivir en una ciudad donde casi todo lo puedo hacer a pie.
Me falto traer un archivo de mi computadora de Caracas. Mónica esta de viaje y no puedo hacer que su mama se angustie tratando de encontrar ese documento. No importa. No me corre prisa.

Brevísima nota

31 de marzo, 2012

Ya estamos en el nuevo apartamento. Lindo, acogedor. Ya lo hicimos hogar. El dueño es muy divertido. La zona es estupenda. Mañana escribiré largo. Ahora estoy agotada.