miércoles, 25 de abril de 2012

Con el otoño todos cambiamos

Con la verdadera llegada del otoño, cambió todo en esta ciudad. Cambió la actitud, cambió la ropa, cambió la vitrina de las tiendas. Cambió la temperatura y cambió el animo. Las mujeres sacaron sus chales y sus botas. Los hombres se pusieron sus chaquetones. Todos cambiamos. Trato de comparar este otoño con ese que pase en París hace un montón de años. Igual pero distinto. Allá llueve siempre. Aquí es mas seco y por tanto más amable. Me encanta el otoño. Es como si todo sintiera que debe renovarse. Que los árboles deben desvestirse para en unos meses ponerse nuevos ropajes. Hoy tengo que hacer una diligencia, ineludible. Arnaldo va a otro lado. Tiene que ir a pagar el curso que va a tomar. Nos encontraremos de nuevo en casa cuando cada cual haya terminado lo que tiene que hacer. Mi curso de cocina no sé cuándo comienza. Están aún remodelando el Coquinaria de al lado. Si tarda mucho puedo también considerar el curso en el Odisea, que también queda cerca. Ya decidimos que hay dos viajes que queremos hacer. Isla de Pascua y la zona de Puerto Montt. Se consiguen buenas ofertas. Con boleto aéreo y hospedaje. A Puerto Montt hay que ir antes que llegue el invierno. Se me fue la gripe. Pero me tumbó cuatro días.

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